
24 jun El dedo en la llaga
Meter el dedo en la llaga,
romper lazos que limitan,
cantar lo que otros evitan,
hacer lo que nadie haga,
no para que satisfaga
sino para que fomente
una actitud diferente
que permita hallar sentido
en medio de tanto ruido
a este mundo y al siguiente
Sentir la curiosidad
como el motor de la vida
como una antorcha encendida
que apaga la oscuridad.
Para ver la realidad
hay que distanciarse de ella,
una verdad simple y bella
que me enseñó la presbicia
y para hacerle justicia
me dejó profunda huella
Y aunque se empeñe la gente
en conservar lo apreciado
la alopecia me ha mostrado
que nada está eternamente,
ninguna entidad viviente
perdura sin inmutarse,
todo parece acabarse
y cada arruga se muestra
como una buena maestra
pues no hay forma de salvarse.
Quizá la muerte permita
ver la vida desde lejos,
como quien sube a los viejos
miradores de una ermita.