Paredoja

Paredoja

Paredoja

Él, el alma de la siesta
y la alegría de la muerta,
el centro de la abstención,
un perno echado en la puerta.

Ella un vicio inmaculado
muy constante en la deshora,
el oxígeno que aviva
el fuego que te devora.

El que lleva la batita
marcando un compás de espera,
dispuesto a mondar el show
con la manta por bandera.

Juntos somos prisa y calma, fuego y agua, cuerpo y alma,
luz y sombra, pausa y danza que equilibran la balanza,
espontaneidad y sino haciendo el mismo camino,
sol y luna, noche y día, con los dos, el tiempo avanza.

Un grito en la biblioteca,
un disc-jockey en un convento,
la risa en un funeral,
una vida en un momento.

Es un baile escrito en braille
y mecido a pierna suelta,
es un chiste atribulado
cociéndose vuelta y vuelta.

Las chispas de un apagón,
las dos pistolas del santo,
la que echa sal en la herida
para curarla de espanto.

Juntos somos prisa y calma, fuego y agua, cuerpo y alma,
luz y sombra, pausa y danza que equilibran la balanza,
espontaneidad y sino haciendo el mismo camino,
sol y luna, noche y día, con los dos, el tiempo avanza.

El niño encerrado
Reconstrucción