
23 Aug Amor en tiempo real 2
Es un hotel en el centro.
El muchacho tiene un pase
aunque un poquito de panza.
Es nuestro primer encuentro
que entra en la tercera fase.
Le animo a ver si se lanza.
Va y me pone una balada.
Yo, que vengo decidida,
quiero guerra y no sosiego,
pero no le digo nada
y me muestro conmovida
para no dañar su ego.
Mientras me quedo desnuda
puedo ver que su semblante
delata dudas internas
y un soldado me saluda
dando un paso hacia delante
justo en medio de sus piernas.
¡Bueno, venga, vale, dale!
¡Vamos, Beni, que aquí estoy!
Se me abalanza en lo alto
con un gesto inexplicable
haciendo el salto del tigre,
yo me llevo un sobresalto
porque parece probable
que mi integridad peligre.
Después de tal acrobacia
deja su figura quieta
y pone el cuerpo en tensión.
No deja de hacerme gracia
pues me recuerda a un atleta
que espera la puntuación.
¡Bueno, venga, vale, dale!
¡Vamos, Beni, que es ‘pa’ hoy!
De pronto parece ausente
como si rememorara
la alineación del Atleti.
Veo que le suda la frente
y que empieza a poner cara
de haber avistado al Yeti.
¿Qué le pasa a esta criatura?
¿Cómo puede estarse yendo
si nunca ha estado presente?
Si esto es todo lo que dura
mejor me voy despidiendo
y ya buscaré un suplente.
¡Bueno, venga, vale, dale!
¡Beni, qué virilidad!
No hay amante que te iguale
en cuanto a velocidad.
La versión de Beni de estos mismos sucesos está disponible aquí
Imágenes tomadas de ‘Breath’ (Murakami Wolf Films, 1967). Marcado como Dominio Público. Fuente: Internet Archive.